Poema

Dionisio la creó para complementar el vino.
Mulata, negra o clara; ella cambia de apariencia.
Algunos la calumnian, la llaman decadencia
porque con poca ciencia altera nuestro sino.

A Helios cabalgante le arma competencia
emergiendo triunfante: con hielo en el ojo
expone nuestro ser con harta vehemencia
ayuda a apaciguar nuestro natural congojo.

Acompaña perfecta el sabor de un cigarro,
la charla con amigos, la dulce voz del diablo,
y el inherente ardor que en nosotros deja el guaro.

Su invigorante fuerza multiplica mi vocablo,
y su alargada ausencia deja un sabor amargo.
Sin ella, tristemente, mi vida desentablo.